
– Por qué te pasaste a mi cama anoche? – le pregunto a S, mi hijo de nueve años.
-Te digo cuando lleguemos a la casa- me responde. Estábamos con alguien más, y al parecer, S no quería que esa persona oyera su respuesta.
Apenas llegamos a la casa, le pregunto de nuevo:
– Entonces, por qué te pasaste a mi cama anoche? – S se pone serio y responde:
– Es que anoche vimos un OVNI- me dice, mirándome a la cara, como queriendo evaluar cada detalle, no solo de mi respuesta, sino de mi lenguaje corporal. Vivimos en un condominio cerrado que es seguro, y es muy común que S se quede en la noche jugando en el parque con sus amigos vecinos.
Permanezco en silencio unos segundos antes de responder:
– En serio? WOW, por qué no me avisaste? Me hubiera encantado ir a verlo! Cómo era? Dónde lo vieron? Cómo fue?
– Lo vimos en el parque, era como así – y abre los brazos como para hacer la forma de un círculo. – Mis amigos también lo vieron, y algunos han visto otros ovnis otras veces.
– En serio? Increíble! Qué bien! Y fue por eso que te pasaste a mi cama anoche?
– Mmm… no, se me olvidó por qué fue.
-S, no te preocupes, que los extraterrestres son muy inteligentes como para meterse con nosotros.
Un par de minutos más tarde, le digo:
– Sabes qué? En realidad tiene mucho sentido eso de que hayas visto un OVNI. Eso es por la pirámide que tenemos cerca.
– Y qué tiene que ver la pirámide?
– Es que hay gente que dice que los egipcios, los aztecas y las demás civilizaciones que las construyeron, no tenían la tecnología necesaria, y que fueron unos extraterrestres los que les enseñaron cómo hacerlo – le doy toda esa información, mientras lo veo en el reflejo del espejo, mientras se cepillaba los dientes.
Luego me da las buenas noches, y se va a dormir.
Apenas veo que ya está en su cama, y justo luego de cerrar la puerta de su cuarto, hago como si estuviera gritando para mis adentros, y dejo escapar un bajito, pero contundente “yessss …!”
Hace como un mes le había contado a S quién era Santa Claus, y sentí que algo dentro de mí se rompía. Era como si estuviera arruinando la navidad. En ese momento me preguntó, “y los Reyes Magos? Y el Ratón Pérez?”, y con cada respuesta que le daba, sentía que estaba matándolos a todos: a Santa, a Baltasar, a Melchor, a Gaspar, a Rudolph, a todos! Hasta se me aguaron los ojos. Qué fastidio es la navidad post- revelación.
Hasta hoy! OVNIS!
Quítate Santa, tu tiempo se acabó. La navidad está salvada… the Empire Strikes Back!