Desde ayer verán un cuadrito con un dibujito que dice “Estoy en Madresfera” en este blog, porque ahora soy parte de su club. Qué loca, pensé después de poner el fulano dibujito. Ahora mis lectores se van a dar cuenta que no soy la única mamá inspirada y van a salir corriendo a ver todos esos casi mil blogs de madres y padres y me van a abandonar… Pero, como signo de valentía, ahí está el dibujito/ link de “Estoy en Madresfera”.
Esta sensación de que a uno lo estén uniformando con una etiqueta me recordó la primera vez que fui a una reunión de puras mamás, cuando mi hija mayor tenía apenas tres meses. Todas tenían a sus bebés en brazos, o a sus niños corriendo por ahí, y a mí me entró una especie de ataque de pánico. ¿¡ Qué ?! ¡¿Es que cuando tienes hijos, pasas por una especie de maquinita que nos alínea a todas para que nos convirtamos en un gran “lo mismo”?! ¡Nooo! Casi salgo despavorida cual Daffy Duck. Pero claro que no pude, tenía que dar pecho … : ) .
Pero ese sentimiento cambió. Como me ha pasado antes, mi primera impresión estaba equivocada. O más bien, estaba correcta en ese momento, porque cuando un bebé es tan pequeño, las mamás casi no pueden hacer más nada que atenderlos. Sin embargo, la situación evoluciona. Poco a poco la personalidad de cada quien emerge, y después de haber pasado por un período de “igualización” cada mamá empieza a diferenciarse. Lo que sucede es que está formándose en cada una de esas mujeres una persona nueva. Con la venida del primer hijo, no sólo nace un bebé, nace una mamá también.
Así que poco a poco empecé a agarrar más confianza en mi nuevo rol, y mi propia personalidad se mezcló en el camino. El resultado: un ser diferente, no sólo a mi persona pre- mamá, sino diferente a todas las otras mamás también. Empecé a darme cuenta que si esa mamá que es mi amiga, o esa mamá que apenas acabo de conocer, escogió una carrera diferente, un esposo diferente, una marca de pasta de dientes diferente, pues, es lógico que tenga una manera diferente de criar a sus hijos también.
Algo así me pasó cuando me puse a leer algunos de los blogs en Madresfera: ¡Ah! Pero si es que hay tanta variedad aquí que es imposible que un blog pueda suplir a otro. Cada uno es el reflejo de una madre (o padre) que es único. Y lo más interesante: ¡Quieren que otras personas los oigan! Lo cual me parece maravilloso porque definitivamente mi espíritu necesita del alimento de experiencias vividas por otras personas, así como de sus puntos de vista.
Claro que, sí hay algo que nos une a todas las mamás, aparte del hecho de que podamos compartir historias tipo “mi hijo de tres años decidió ayer actuar independientemente y se quitó el calzoncillo con pupú y lo metió en el cesto de la ropa sucia” sin que la oyente pegue un grito de total horror … me desvié, perdón. Decía que sí hay algo que nos une a todas: el AMOR con letras mayúsculas que sentimos hacia nuestros hijos. Por cierto, ¿Les comenté que ayer mi hijo me dijo por primera vez “I love you mami”?
Por Michelle Lorena Hardy – Chicadelpanda.com
Madresfera es una pequeña, bueno, no tan pequeña comunidad donde no hay dos blogs iguales, ya que cada uno de nosotros y sus hijos somos diferentes.
Salu2
Bienvenida!!!! 🙂
¡Eso es verdad! Por eso a mí a veces se me hace difícil confinarme a ciertos temas en el blog…
: ) , sí seguro que te vass a derretir ; )
¿Quién ha dicho que madre no hay más que una? Porque además, en cada madre hay muchas madres dentro, sobre todo en las que leemos tropecientos blogs de madres y padres a diario 😉 ¡Bienvenida!
Bienvenida a madresfera 🙂 Y sí, mira que somos un montón y no se encuentran dos blogs iguales. Buff, el día que mi niña me diga que me quiere por primera vez, en el idioma que sea, yo me derrito!! 🙂
Felicidades!