






Mi hijo de ocho años me dio una carta de Feliz Día de las Madres ayer (en México es el 10 de Mayo) que dice:
Te quiero porque:
Eres la mejor.
Me ayudas con cosas.
Me cuidas.
Eres la mejor mamá.
Me enseñas cosas.
También me regaló una taza en la que imprimieron un dibujo suyo, y mi hija mayor, quien ya está en secundaria, me regaló un llavero hecho por ella. En el colegio no hubo celebración, pues hacen una sola en junio, familiar.
Así que ayer no hice nada más que estar en pijama todo el día, viendo Netflix (y preparando comida, etc, el «no hacer nada de las mamás» nunca es literal). Me relajé y compartí con mis hijos.
Hoy, todavía estoy con la sonrisa que apareció en mi cara ayer, después de leer que soy la mejor mamá. ¡Sí soy la mejor mamá! (En que parte del curriculum se pone eso?)
¡Que tengas un lindo día!
Las historias que deben ser contadas, no son solo las de los niños con infancias felices. Así, más o menos, comenzaba este libro cuya portada ven aquí. Lo leí pues era el libro para jóvenes, de su editorial, más vendido en el momento (dic 2008). Para mi sorpresa, era la historia de un niño abusado física y psicológicamente por su padre.
En alguna parte leí una vez que todo ser humano buscaba compañía porque necesitaba que alguien fuera testigo de su vida. También recuerdo que una vez me dijeron, en el curso de creación literaria, que la vida de uno no era tan interesante como uno creía … ergo, había que ser creativo para crear historias, si uno quería ser leído.
Sin embargo, me he encontrado con que a mucha gente sí le interesa mi vida. También me he encontrado con historias que deberían ser conocidas, porque sus protagonistas necesitan testigos.
Así que hoy quiero ser testigo de una persona que conozco. Una persona que sufre, sin saber muy bien por qué lo hace. En su cabeza viven unos demonios que se llaman depresión, que le extraen su esencia. A esa persona quiero decirle que soy su testigo y que aunque no tengo las armas para matar a esos demonios, sé que existen… y que aunque no entiendo porqué son tan poderosos…
… sí los puedo ver.
@chicadelpanda
Chicadelpanda.com
En una de esas maravillosas ocasiones en que asistí a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, FIL, tuve una experiencia inolvidable. Estaba yo en un foro de no sé qué, cuando el presentador empezó a leer un poema… y TODOS los asistentes (menos yo) lo recitaron de memoria cual si fuera el Padrenuestro. ¡¿Quién era ese autor que despertaba esas pasiones?!
Amado Nervo.
Y no supe cuál era el fulano poema hasta hace poco que me decidí buscarlo en internet. Se llama En paz y éste es el final del mismo:
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Ese recuerdo, y la sabiduría de estas palabras, son un regalo que recibí, no solo del poeta, sino del noble pueblo mexicano… y aquí arriba les anexo una foto que refleja, para mí, lo que es amar y ser amado.
Por Michelle Lorena Hardy – Chicadelpanda.com