






Según la Prof. Dale Darley en su curso Writing to Heal: Using Journaling to Transform your Life, en el contexto de escribir para sanar, es importante tener:
Honestidad: aceptar lo que tu mente inconsciente quiere que sepas. Enfrentar la realidad y actuar.
Integridad: mantener quién eres respecto a tu personalidad, el mundo y tu manera de actuar.
Permiso: está bien ser tú, puedes escribir de la manera que te plazca. No debe existir nada entre tú y tu verdad.
Ella propone dos ejercicios:
-Responder la pregunta: Qué significa ser tú?
-Hacer una lista de tus debilidades y fortalezas.
Al realizar la primera actividad, me di cuenta que ser yo hoy, en noviembre de 2020, significa algo muy diferente a lo que significaba ser yo en noviembre de 2019:
aunque siempre he hecho un esfuerzo en mantener un balance en mi vida, hoy día me cuesta mucho más que antes.
Reflexionar sobre eso me recuerda que las circunstancias siempre pasan. Así como jamás hubiera podido imaginarme en 2019 cómo sería el 2020, tampoco lo sé respecto al 2021, por lo tanto, esperar que seas magnífico es tan válido como cualquier otro escenario. Cada quien escoge.
Con el ejercicio de las debilidades y fortalezas, me di cuenta de que por cada debilidad, tengo una fortaleza que la contrarresta.
Es como si me hubieran equipado tanto con la enfermedad, como con la vacuna.
Sospecho que no soy la única, y que es probable que te hayan equipado así también. No lo quieres averiguar?
«Ella también pasó por un divorcio arrec…» es decir, muy duro, fue lo que pensé cuando una de mis amigas me escribió, diciendo que había amado el post de ayer. Aprecio mucho cada «me gusta» y cada comentario, aunque debo admitir que los de mis amigas y conocidas divorciadas me pegaron en el corazón, de muy buena manera. Fue como recibir un «yo te entiendo» colectivo, y recordar las experiencias y trayectorias de cada una.
Por razones de privacidad, cuando publiqué mi primer libro, SIETE MALETAS, no publiqué ninguna foto de mis hijos. Pero como ya están más grandes, quisiera compartir algunas. En SIETE MALETAS menciono mucho a R, mi hija mayor, debido a su edad en aquel momento.
En orden de izquierda a derecha, cada foto fue tomada en cada uno de las ciudades en que vivimos: Miami, Milán, Guadalajara, Santiago, Ciudad de Panamá, Caracas y Querétaro. La última fue tomada hace un par de meses, R va a cumplir 15 años pronto.
En el próximo post voy a poner algunas fotos de S, mi hijo menor, pues en OTRA MALETA (que será publicado este mes de octubre en Amazon Kindle) lo menciono mucho (también, debido a su edad).
¡Que te tengas un excelente día!
“Necesito que me ayuden a tomarme una foto para el libro,” les digo a mis hijos. Nos fuimos al “bosque” del condominio (así le dicen los vecinitos al jardín con árboles que hay al fondo del estacionamiento) pues quería aprovechar la luz natural. Intentamos en varios sitios y finalmente salió una buena foto.
Ya han pasado dos años desde que me separé, tres años desde que llegamos a Querétaro, y un año desde que nos mudamos al condominio Orquídea (anillo al dedo el nombre, no? La Orquídea es la flor nacional de Venezuela). Ya ha pasado un año desde que adoptamos a la gatita Safi y un par de meses desde que obtuve la ciudadanía mexicana.
Ya me falta poco para publicar mi segundo libro, OTRA MALETA, Empezando de Nuevo, en el que los temas centrales son nuestro regreso temporal a Caracas, después de haber vivido doce años en el exterior, y mi separación en Querétaro, después de quince años de matrimonio.
Debido a eso, he estado actualizando mi información en las redes sociales, así como la imagen de mi blog. La que ven ahora es un cuadro que compré en la glorieta de Chapalita en Guadalajara, cuando viví allí hace más de diez años. El artista estaba vendiendo sus obras, y quedé fascinada con Manos en Acción.
En casa tengo otra obra de él, Habitantes de la Gran Ciudad. Ambos cuadros representan mi hogar, porque me considero oficialmente en casa en el sitio en donde los pueda colgar. Me he mudado ya varias veces solo con maletas, pero siempre he transportado de una manera u otra, mis dos cuadros.
He mantenido conmigo estas obras de arte también por otra razón. En las fotos que tengo de cuando vivíamos en Guadalajara, por ejemplo, R estaba muy pequeña y S ni había nacido; en Chile y Panamá, S estaba bebé. Es decir, a menos que vieran algo familiar, no sabrían identificar su casa en una foto de aquellos años. La idea es que cada vez que vean esos cuadros en una foto, sepan que ésa fue alguna vez su casa.
Poner Manos en Acción a recibirte cada vez que abras este blog, es para darte la bienvenida a tu casa, como dicen los mexicanos. Esta es tu casa y estás bienvenido! Espero verte mucho por aquí, y que me des tus opiniones y comentarios, para así enriquecernos mutuamente en palabras.
Bienvenido!
Anoche vi un acto vandálico. Estaba camino a casa, en carro, por una vía oscura, cuando me percaté de dos figuras humanas que estaban haciendo algo sospechoso. Tenían linternas y se agachaban…
What the…?!
Cuando entendí qué era lo que hacían, no supe cómo reaccionar. Qué habrías hecho en mi lugar? Porque te advierto, es altamente probable que ese acto haya sido ilegal.
Esa gente… no sé cómo decirlo. A ver… esa gente estaba… estaba…
plantando un árbol!!
Hoy, mientras andaba en bicicleta, me entró un ataque de risa ante lo absurdo de la escena de anoche: personas escondiéndose para hacer un acto de bondad.
Sin embargo, varias imágenes se cruzaron frente a mí en un pestañear. No me gustaron nada, y de repente ya no me pareció la escena tan absurda.
Recordé a la señora que rescató a los náufragos africanos y la mandaron a la cárcel;
y a las monjas que apresaron por protestar contra los campos de concentración de inmigrantes;
y a los jóvenes que hacían protesta pacífica por el calentamiento global, y les echaron spray pimienta;
y al muchacho al que le sacaron los ojos con perdigones, por protestar por la falta de gas natural.
A lo mejor tenían razón de plantar ese arbolito de noche.
O a lo mejor no.
Arriesgar o no arriesgar por lo que crees?
Y qué pasaría si nadie arriesgara nada?
Antes de mudarnos de apartamento, les dije a mis hijos que íbamos a adoptar una gatita. Quería que vieran el cambio como algo bueno, y hasta yo misma quería tener algo con qué ilusionarme. He leído muchos blogs de personas que se han divorciado, y en uno de ellos la autora hablaba de cómo le había ayudado su perro. Nosotros ya habíamos tenido a una gata por nueve años, así que optamos por buscar una gatita.
Me metí en un grupo de adopción de perros y gatos en Facebook, y poco después conseguí la gatita que buscábamos. El muchacho que la estaba poniendo en adopción tenía en su imagen de fondo a un personaje de unas caricaturas que R adora, así que pensé, ‘¡Es una señal!’.
Los tres nos hemos encariñado con ella. Le pusimos de nombre Sapphire (Zafiro), que es el personaje de Steven Universe que tenía el muchacho que la dio en adopción, en su muro de Facebook. Le escribí para contarle cómo la habíamos llamado, y resulta que la mamá gata se llamaba igual (ellos la habían rescatado, embarazada, de la calle).
Sapphire se convirtió en Safi rapidito, porque era muy largo de pronunciar, y ya ha contribuido mucho en nuestras vidas en las pocas semanas que ha estado aquí. Ha cambiado la rutina de S, pues a cada rato juega con ella, la carga y la acaricia. Para mí ha sido fuente de distracción y hasta de calma. Qué lindo es tener una mascota otra vez.
Si The Beatles no hubiera existido, mis hijos no serían bilingües hoy;
tampoco tendría yo mi nombre;
y pues… el mundo entero no sería el mismo.
El video de Paul Mc Cartney en The Late Show se ha hecho muy popular, pero apenas lo vi hoy.
Lloré. No sé si porque estoy muy sensible últimamente, pero la historia de dónde salió la canción de Let it be, me conmovió mucho.
Cuando tenía unos catorce años, teniendo a disposición todos los discos LPs de mi papá, comencé a aprenderme las canciones de Los Beatles, con las letras que venían anexas, impresas en papel. Así, cantando sus canciones, fue como poco a poco empecé a enseñarme a hablar inglés. O mejor dicho, así fue como The Beatles me empezaron a enseñar a hablar inglés. Más tarde seguí aprendiendo por mi cuenta, y cuando me convertí en mamá, les hablé en inglés a mis hijos desde bebés, por lo que ahora son bilingües.
También lloré al final del video, cuando Paul McCartney canta a un público reducido, en donde la acogida fue muy emocionante. Me sentí parte de ese público. Seguramente ellos cantaban de emoción, no solo por oír y ver a Paul, sino también por haber revivido repentinamente tantos recuerdos que marcaron sus vidas.
Aquí les dejo el video.
El de 8: «¡Aaah! Se me borraron todas las construcciones de Minecraft! ¡Por qué hacen juegos tan estúpidos! ¡Por qué la gente es tan estúpida! Me quiero ir a vivir solo a otro planeta y que me dejen hacer mis cosas!»
Yo: «Ya hay gente que va a viajar a Marte, a lo mejor podrías ir cuando seas grande».
La de 13: «Sí, pero no vas a poder regresar a la Tierra …»
El de 8: «¡Mejor! ¡Perfecto!»
La de 13: Pero tú sabes que en Marte no hay internet … »
Y yo pensando: «Feliz, feliz no-cumpleaños…»
Mi hijo de ocho años me dio una carta de Feliz Día de las Madres ayer (en México es el 10 de Mayo) que dice:
Te quiero porque:
Eres la mejor.
Me ayudas con cosas.
Me cuidas.
Eres la mejor mamá.
Me enseñas cosas.
También me regaló una taza en la que imprimieron un dibujo suyo, y mi hija mayor, quien ya está en secundaria, me regaló un llavero hecho por ella. En el colegio no hubo celebración, pues hacen una sola en junio, familiar.
Así que ayer no hice nada más que estar en pijama todo el día, viendo Netflix (y preparando comida, etc, el «no hacer nada de las mamás» nunca es literal). Me relajé y compartí con mis hijos.
Hoy, todavía estoy con la sonrisa que apareció en mi cara ayer, después de leer que soy la mejor mamá. ¡Sí soy la mejor mamá! (En que parte del curriculum se pone eso?)
¡Que tengas un lindo día!
Últimamente, el escandaloso sol me da los buenos días todas las mañanas.
La Virgen me cuida, desde no muy lejos.
He conseguido palabras raras,
y comidas más raras aún.
He probado la paciencia de mi hijo,
He volado en un globo multicolor.
He encontrado criaturas asombrosas.
He paseado de noche,
Y de día
He viajado a la época de la colonia
He disfrutado de un espectáculo celestial
Me he conmovido con obras de arte
He llegado a las alturas
Y hasta conocí gente famosa
Lo que quiero decir es que …
últimamente,
he tenido el privilegio de vivir
en este rincón de la Tierra
llamado México.